Por: Orlando Cárcamo Berrío
(Artículo publicado en El Informador, el día 11 de febrero de 2008)
Me contó un amigo, que una vez viajaba en un bus intermunicipal y al pasar por las instalaciones de una base militar, una señora que venía degustando de su almuerzo, lanzó el empaque desechable al lado de la carretera. No alcanzaron a recorrer trescientos metros cuando un soldado mandó a parar el bus, subió y le recordó a los pasajeros la necesidad de cuidar al medio ambiente y mantener limpio nuestro país. De paso, no dejó que el bus arrancara hasta que recogieran el empaque desechable. La señora, apenada, se bajó, recogió su empaque, regresó y el bus continuó su marcha.
Hechos comunes en nuestras vías: desde buses y automóviles se lanza a los lados de las carreteras toda suerte de empaques sobre todo botellas, latas de cerveza y gaseosas. En una oportunidad viajaba yo con algunos colegas de muy alto nivel profesional y alguien se encargó de brindar cervezas. Después de unas diez cervezas, el chofer cuadró el carro al lado de la vía y pidió las botellas para botarlas. Le dije que no se debía arrojar basuras en la vía y no le dí mis dos botellas. Arrojó las otras ocho y me dijo que mejor me volviera reciclador. La intención del contaminador fue insultarme, pero yo prefiero reciclar y no contaminar. Cuando llegamos a un peaje, me bajé y arrojé las botellas en una caneca.
Causa estupor ir a nuestras playas y parques naturales y ver toda suerte de desechos: botellas de gaseosa, bolsas plásticas, pañales desechables, vasos plásticos, papel y todo lo que se bota. Y lo más triste de todo es que la mayoría de nuestros turistas y usuarios de nuestras playas y lugares públicos tienen por lo menos educación secundaria o profesional.
Si medimos el éxito de la educación por el sencillo acto de no tirar la basura en donde no se debe, concluimos que nuestro sistema educativo ha fracasado. O si medimos el grado de alfabetización de las personas por el sencillo acto de no tirar basura en las vias o sitios públicos, concluimos que vivimos en medio de analfabetas.
El daño ecológico que causan desechos como el plástico y el vidrio es incalculable. La ciencia plantea que el plástico demora de 400 a 500 años en degradarse y cuando esto sucede, las particulas de plástico son literalmente un veneno para los seres vivos. El vidrio demora más de 4.000 años en degradarse.
¿Qué hacer entonces? Conceptualicemos lo público como algo que también nos pertenece. Si mantenemos limpia nuestra casa, nuestro carro, también mantengamos limpias nuestras playas, parques, calles y carreteras. Cuando viajemos, sea en automovil o en bus, llevemos bolsas y echemos allí la basura. Si no tenemos una bolsa, dejemos la basura en el vehículo hasta que pasemos por algún lugar con caneca. Cuando vayamos a una playa o parque natural, llevemos una bolsa y acumulemos allí la basura nuestra y la de nuestros compañeros. Cuando regresemos, traigamos con nosotros esa bolsa y dejemosla en el lugar donde se deja la basura.
Mantener limpio nuestro ambiente es sinónimo de buena educación. Y para ser una persona educada no se necesita inevitablemente ir a la universidad o ser bachiller. Se necesita sentido común y amor por nuestro entorno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario